jueves, 13 de noviembre de 2008

21

Presentí que era un día maravilloso, con tan solo verlo despierto y mirándome.
De pronto enrojecí, ya que yo había estado durmiendo muy cerca de el, demasiado juntos. Pero no me moví, no quise. A Hyde tampoco pareció molestarle, lo que me hizo...pensar.
Mi corazón latía con fuerza a cada minuto que pasaba, ninguno de los dos se movía, y yo me sentía en las nubes...
Hyde me sacó rápidamente de mi ensimismamiento, se estaba moviendo.
“¿Cómo dormiste?” fue lo único que se me ocurrió preguntar, y su respuesta me descolocó. Pasaban miles de cosas por mi cabeza, y me hacia sentir un estupido por imaginar cosas que no deberían estar en mi mente.
Pero no dejaba de preguntarme...¿que era? ¿que era lo que me provocaba esa cercanía?
Creo que los dos estábamos nerviosos, ninguno habló mas de dos frases. Cosas como "tu cama es cómoda" o "tengo hambre deberíamos levantarnos" eran el único tema. El silencio se instaló a momentos, odiándome por no poder articular más de dos palabras sin enrojecer. ¿era su cercanía lo que me ponía tan nervioso?
Otras veces habíamos dormido con Ken como buenos "hermanos" pero nunca me había sentido así...nunca me habían provocado ese tipo de sentimientos.

Esa pregunta me acompaño durante toda la mañana.
Podía sentir su aroma, podía sentir el calor de su piel muy cerca de mí. La suavidad del contacto con Hyde me hacía enrojecer. Feliz me hubiese quedado toda la vida ahí.
Pero Hyde se levantó de un salto. Al principio no lo comprendí. Bueno, Hyde-chan es muy loco, siempre se le ocurren cosas en un instante, así que supuse que algo se le tendría que haber ocurrido. Por lo que traté de serenarme un poco. Salió luego de un rato del baño y me jaló hasta allí, “donde vamos?” pregunté curioso pero no me respondió. Odiaba quedar en suspenso.

Salí del baño luego de lavarme la cara y arreglarme para no parecer cualquier cosa y esperé que Hyde me abriera la puerta. Volví a mirarlo con expresión curiosa, a cambio de eso me acomodó el cabello tras la oreja, y solo eso bastó para que enrojeciera de nuevo, echando por la borda mis planes de mantenerme normal.

“No iremos muy lejos de aquí”

Comencé a ponerme ansioso. Además, Hyde se había puesto a hablar con Ken sin dejarme posibilidades de adivinar a donde quería llevarnos. Vi la desilusión en su rostro ante la negativa de Ken para acompañarnos. Suspiró resignado y luego se dispuso a guardar cosas en una mochila. Yo simplemente lo observaba, tan metódico y cuidadoso en que no se le fuera ningún detalle. Tampoco me dijo en el camino hacia el autobús ni en el trayecto en este, por mucho que le pregunté hasta cansarlo. Solo me sonreía y me pedía que me calmara. “eres muy curioso neh, te-chan? tranquilo, ya llegamos” Me abrigó con una chaqueta de una forma tan dulce que me sentí más tranquilo. A donde fuese que quisiera llevarme, no me importaría si seguía tomando mi mano de esa manera…

Por fin cuando vi la montaña comprendí todo. Como pude ser tan lento!
Cielos! Era tan majestuosa, y tan blanca, y tan…cercana. No pude evitar sonreír en todo el camino hacia el teleférico. Era un paisaje tan hermoso que difícilmente podía quitar la vista de él, adoraba la nieve, adoraba su textura, su forma, lo fría que era. Adoraba derretirla en mis manos. Hyde volvió a abrigarme y tuve que contenerme para no abrazarlo y agradecerle por todo. “Antes me gustaba mucho venir aquí con… mi ex –novia…”. Cuando dijo eso me sentí raro, como si solo pensar en alguna chica que hubiese estado con mi amigo me hubiera hecho sentir…no lo sé, extraño. ¿aun pensaría en ella? …¿aun la quería? Recuerdo los poemas de Hyde, algunos escritos en un periodo muy triste…supuse que fue cuando terminó con ella. Al pensar en ello, me propuse a mi mismo no dejar que Hyde volviera a sentirse así, quería que el fuera feliz. Juntos forjaríamos recuerdos en la nieve, unos bonitos recuerdos.

La verdad es que nunca antes había esquiado. Pero me sentí tranquilo al tomar la mano de Hyde, eso me infundó confianza. A pesar de que nos caímos un par de veces al patinar y otras veces más al intentar ponernos de pie, la pasamos bien. Incluso hicimos una mini guerra de bolas de nieve!. No paramos de reír.

Al atardecer subimos a la cima. Lejos la mejor vista que había tenido en mucho tiempo. Y mucho mejor era al saber que Hyde estaba sentado a mi lado. Los colores rojizos y amarillos del cielo se iban perdiendo conforme el sol se ocultaba, una vista preciosa. Como la sonrisa de Hyde.
Deseé tener mi cámara, para retratar ese bello paisaje. No pude evitar sonreírle, no pude. Siempre que veía a mi amigo, me llenaba de paz y alegría, solo quería sonreírle y que me sonriera de vuelta. Me sentí un idiota de nuevo. No entendía como podía sentirme incomodo pero tan en calma a la vez. Era una sensación tan extraña que tuve miedo de que Hyde notara mi nerviosismo. Pero aún así se sentía bien. A mi lado, contemplé a mi amigo que mantenía los ojos cerrados, y no soporté mirarlo más sabiendo que estaba enrojeciendo a cada segundo, y desvié la mirada al sol. Y quise aferrarme a él, como no queriendo que se fuera, que se quedara un poco más…que alargara más este momento con Hyde…
“Deberíamos irnos ahora, pero prométeme que volveremos”
¿Cómo podía negarme a eso? Le sonreí como si la respuesta fuera obvia, y me puse de pie, “lo prometo”. Y espero que pronto volvamos.

El camino de vuelta fue largo y tranquilo. Hyde parecía cansado, no habló mucho. En cambió yo rebosaba de energía, y no podía sentirme mas feliz y agradecido con él por llevarme. Definitivamente amaba la nieve, era una de las cosas que más me gustaba.
Al llegar Hyde me ofreció su ducha amablemente y accedí bañarme. Me relajé tanto que creí dormirme en el baño. Cuando salí Hyde entró y luego cenamos.
Pero fue demasiado silencioso. Me asusté, quizás…¿había hecho algo que a Hyde no le había gustado? Tuve miedo. Estaba muy distraído, posaba sus ojos en mí, y luego apartaba la vista nervioso. Eso me hizo sentir inquieto, algo le pasaba. Si, pude notarlo, aunque no nos conociéramos hace mucho podía presentir cuando algo le molestaba. “estás bien, Hyde-chan?” me aventuré a preguntar cuando había recogido el suficiente valor. Rayos! Me sentí como un desconocido, como si no conociera a Hyde preguntándole de esa forma. Su respuesta me dejó en la duda, y creció más la preocupación en mí. Pero no quise preguntar nada más.

Fue cuando estábamos nuevamente en su habitación cuando volvió a hablar. Pero ya no había silencio, la música le quitaba un poco de tensión al ambiente.
“¿Alguna vez has tenido pensamientos que crees que no deberían estar ahí? ¿Cosas que sabes que no son correctas… pero no te importa?” La pregunta me tomó por sorpresa y me hizo enrojecer…pero a la vez, hizo que comenzara a plantearme cosas que había preferido evitar…hasta ahora. Claro, esa era la respuesta. Por supuesto que me había planteado cosas de ese tipo, muchas veces. Desde que, desde que me abrazaste Hyde-chan… Pero no podía responderle eso!
De súbito un pensamiento apareció en mi mente. ¿Acaso a el le preocupaban las mismas cosas que a mí?. Se desvaneció tan pronto como vino. Eso no podía ser cierto. Pero... ¿pero de que hablaba Hyde entonces? Que podía preguntarle para saber? No tuve tiempo para formular una respuesta cuando ya me había deseado buenas noches, dando por finalizada la conversación…para él. Porque yo seguía pensando, conjurando absurdas teorías en mi mente. Pero a juzgar de sus reacciones, quizás no eran tan absurdas…
“si, mejor olvídalo te-chan” pensé para mí mismo luego de un rato. Me convencí a mi mismo que TODO era absoluta imaginación mía. O al menos creí hacerlo, el estómago me cosquilleaba.

A la mañana siguiente todo pareció mas normal. Volvimos a ser los típicos amigos que se hablan como si ninguna pregunta los hubiera puesto incómodos el día anterior. Hyde me llevó a mi casa y ahora sabía el recorrido. Lo invité por supuesto a venir cuando quisiera, me agradeció por haberme quedado con él. Y me abrazó.
Y de nuevo esa sensación recorrió mi cuerpo, y de nueva esas ganas de abrazarlo, que esta vez si pude llegar a cabo, como queriendo no soltarlo jamás. “Te escribiré pronto”, dijo antes de irse y yo entré a casa.

Deseé que ese “pronto” fuera ahora.
Ya comenzaba a extrañarlo y el hecho de recibir una carta próxima me hizo suspirar.
Y de nuevo me sentí como un idiota. Un idiota que no sabe lo que siente y que lo hace actuar estúpidamente. Ni siquiera tuve tiempo de entrar a mi habitación cuando sonó el móvil. Era Ken-chan.
“ya llegaste? Que bien! pensé que no regresarías” y su graciosa voz me hizo sentir más enojo de lo habitual. “como la pasaste te-chan?” ni siquiera respondí y eso preocupó a Ken. “….oye tet, estás bien?”
Por un momento pensé en pedirle consejo a Ken. Mi amigo de infancia, mi casi hermano. Siempre estaba ahí cuando lo necesitaba. Y ahora me sentía angustiado y confuso, porque extrañaba a Hyde aun cuando lo había visto hace unos minutos y esa sensación…esa sensación que se esparcía por todo mi pecho y no me dejaba respirar cuando recordaba estos días… ¿acaso Ken-chan podría ayudarme?

“es que…no me siento bien” Expliqué. Y le conté a Ken como me sentía. Nunca había tenido secretos con él. Jamás, yo le contaba todo. Y él siempre había sabido como ayudarme, como aconsejarme. Confiaba en que él podría saber que me pasaba.

“Ay Tetchan, pensé que no serías tan lento esta vez…Lo que pasa es que te has enamorado. ¿Qué no te das cuenta?” su voz tan cordial y pacifica a través de la línea me descolocó. Yo? podía ser posible?...Acaso, era eso lo que sentía? No podía ser posible! Me negué aceptarlo, aún cuando…sentía esos cosquilleos en el estomago, sentía mis mejillas sonrojadas. Todo tenía sentido. Por eso me sentía tan tonto, por eso…esa tranquilidad al estar cerca de él, por eso sensación de angustia al no estar cerca de él, por eso mi corazón latía con tanta fuerza?…pensaba que lo que me dijera Ken me haría sentir mejor pero lo único que hizo fue afligirme. Porque no quería, no quería estar enamorado de mi mejor amigo. No saldría nada bueno de todo eso. No….
“ no puede ser…”
“Tetsu, eso es lo que pasa…lo sé, yo lo noto…”

Colgué. ¿Desde cuando había comenzado a sentir esto? Traté de tranquilizarme. No era posible que el amor llegara de esa manera tan tonta. Porque yo no podía amar. Lo sabía. Y menos si era Hyde. Aun cuando quisiera imaginar algo, no se podía. Porque era algo tonto, estúpido e imposible. Eso era, algo imposible. Algo que no se podía imaginar. Era mi mejor amigo!
Y si…al menos lo intentaba? No luchar contra ese sentimiento?

“No seas estúpido te-chan. Es un amor que no será.”

Y me eché a llorar.

No hay comentarios: