miércoles, 12 de noviembre de 2008

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Visión de Hyde. (Parte 2. Sábado)

“B-Buenos días Te-chan” sonreí también. ¿Debería moverme o dejar que él lo haga? Una parte de mí, la más fuerte, se negaba rotundamente a lo primero. Mientras que la otra parte me decía que soltarlo y separarme de él era lo más correcto. Pero como momentos antes, decidí hacerle caso a la parte más fuerte, solo por un momento más... y no lo solté. Me quedé quieto, el calor en mis mejillas se intensificada a cada segundo a su lado, sin embargo ignoré esa sensación. Quería mantener esa sonrisa en el rostro de Te-chan durante todo el día… Al poco rato, con cuidado y muy lentamente me separé de él, movido más por obligación que por querer hacerlo. “¿Cómo dormiste?” su voz rompió el silencio, tanto él como yo recostados lado a lado en la cama. El rojo en sus mejillas igualaba el mío. No nos miramos, me hundí un poco bajo las sábanas. “Increíblemente bien, nunca había dormido tan bien… ¿y tu?” Noté que su rostro se encendía un poco más y después de un largo rato la tensión fue disminuyendo, nos quedábamos en silencio cada tanto después de un par de frases. Pronto pasó de medio día y nosotros seguíamos en la cama.

Me hubiese quedado ahí el día entero pero recordé que quería a llevar a Tetsu a un lugar para el que había estado ahorrando desde hace mucho. Pero no quería volver ahí solo, ahora tenía quien me acompañara y quería aprovecharlo. Ya era bastante tarde así que me levanté de la cama rápidamente, aún tenía la ropa del día anterior. “¡Vamos Tetsu se nos hace tarde!”. El se quedó mirándome sin entender nada y eso me divertía. Entre corriendo al baño y me encerré en él. Me arreglé un poco el cabello y la ropa, lo necesario para que nadie notara que recién me había levantado, y salí de nuevo, tomé a Tetsu quien estaba apenas sentándose en la cama y lo jalé del brazo metiéndolo también al baño. “Debes quedar bien presentable ne… crees que si pasamos por Ken, ¿quiera acompañarnos?” “¿Acompañarnos? ¿A dónde?” Sonreí con un dejo de maldad, apoyado de espaldas a la puerta del baño para asegurarme de que no saliera. “oh-oh ¿no te lo dije antes?” Lo dejé salir cuando tocó tímidamente la puerta y lo miré con una enorme sonrisa, acerqué mi mano derecha para acomodar un mechón de su cabello detrás de su oreja. “No iremos muy lejos de aquí”

Cuando los dos estuvimos listos, llamamos a Ken pero éste nos dijo que le era imposible acompañarnos. Me lo dijo a mí, ya que no dejé que Tetsu escuchara a donde iba a llevarlo. Luego de preparar una mochila con todo lo necesario ante la mirada confundida de mi amigo, salimos de la casa y caminamos por el largo pasaje hasta la parada del autobús. Viajamos cómodamente en él alrededor de media hora. Cuando bajamos del autobús, saqué de la mochila dos chamarras y abrigue a Tetsu con una. Me coloqué la otra y lo llevé de la mano por un camino. Elevando un poco la mirada se podía ver una montaña muy alta y cubierta de nieve. Él la miró y sus ojos adoptaron un brillo especial, lo hacían ver más adorable.

“Vamos, si nos apresuramos, llegaremos antes del atardecer” continuamos caminando cuesta arriba hasta el teleférico. Luego de esperar un momento, estábamos en la cabina subiendo a la cima de la montaña. Abrigué a Tetsu con guantes y una bufanda que también había traído en la mochila. “Hyde, esto es increíble” miraba por la ventanilla. “Lo sé. Antes me gustaba mucho venir aquí con… mi ex –novia…” Bajé la mirada poniéndome los guantes también, ocultando un leve sonrojo detrás de la bufanda. Llegamos a la cima y bajamos con los esquís. Voltee a ver a Tetsu. “¿Sabes patinar?” “¿Y me lo preguntas ahora?” Ambos nos soltamos a reír. Le tendí la mano para que la tomara. “Igualmente quiero que nos guiemos” Le sonreí sinceramente y tomó mi mano. Nos deslizamos por la nieve tranquilamente e hicimos competencias, una tarde realmente agradable y divertida. ¿Siempre iba a ser así con Tetsu?

“¡Pronto va a atardecer!” Subimos nuevamente a la cima, a la parte más alta a donde podíamos subir. La vista era preciosa, extrañaba mucho ese lugar. Tal vez también extrañaba la compañía pero Tetsu hacía que ese momento fuera mejor que muchos otros que había vivido. Pasé mi vista del bello paisaje a Tetsu, él tenía la vista fija en el lago que más allá se observaba ocupando una gran parte de la vista. Detrás del lago había más montañas que apenas se distinguían como sombras rodeando a nuestro pueblo. “¿Puedes ver tu casa desde aquí Te-chan?” Se giró y me sonrió, sentí un escalofrío que me entibió por dentro. “No lo sé, ¿tu ves la tuya? Creo ver la mía pero no estoy seguro” Señaló un punto a lo que parecían centímetros del lago. “Justo ahí puedo ver ese enorme edificio que está cerca de la villa en donde vivo.” “Entonces a unas mil cuadras está mi casa” Me abracé las piernas y apoyé la cabeza en el hombro de Tetsu. “No exageres, no vivimos tan alejados” reímos.

Luego de unos segundos en silencio, no sé porqué, cerré los ojos y traté de sentir con todas mis fuerzas el calor de Tetsu. Ahí estaba y me fascinaba. Tuve deseos de abrazarlo, como la vez que habíamos ido a la tocata, solo que esta vez quise permanecer ahí un momento más. Después lo abrazaría. Mantuve los ojos cerrados, en silencio, podía escuchar su respiración. La gente pasaba lejos de nosotros… reían, hablaban… Todo lejos de nosotros. En mi cabeza solo podía ver a Tetsu a mi lado, sentir el calor de su cuerpo junto al mío, su respiración cerca de mi oído. Me estremecí pero él no pudo notar eso. Aún con los ojos cerrados, sonreí levemente ensimismado en mis pensamientos y de un segundo a otro tuve deseos de besar a Tetsu… Abrí los ojos repentinamente, me mordía el labio inferior… “Hyde-chan ya está atardeciendo” Apoyó su cabeza en la mía. No me moví, no respondí. Vimos el atardecer en silencio, pasó rápido, de forma casi imperceptible. O tal vez lo sentí así porque estaba pensando en otras cosas… Me incorporé cuando se oscurecía. “Deberíamos irnos ahora, pero prométeme que volveremos” Lo miré a los ojos, ahí estaba ese impulso de nuevo. Pero no iba a arruinar nada por confusiones que mi mente quería jugarme. “Lo prometo…”

Volvimos a mi casa por el mismo camino. Casi no hablé. Tetsu me decía que lo había pasado genial y me agradeció pero yo iba muy distraído. Llegamos y cerré la puerta con llave, mi madre así me lo indicaba siempre que me dejaba solo en casa. “¿Quieres darte una ducha?”. Tetsu se sentó en el sofá y se sacó la chamarra. Aceptó y se dirigió al baño. También me saqué la chamarra y fui a la cocina para preparar algo para cenar. Después de él, me duché yo y cenamos. Durante la cena continuaba en silencio. Creo que eso preocupó a Tetsu porque tampoco habló. Tal vez prefirió no preguntar o tal vez también estaba pensando en otras cosas. Tal vez se sentía igual que yo… pero que va! Eso no podía ser posible. Solo a mi se me ocurre pensar en cosas que no tienen que ver… piqué el plato con el tenedor. Ya no me quedaba más comida. Ni siquiera noté cuando terminé de comer. “¿Estas bien Hyde-chan?” Creo que ya me había cansado de esperar esa pregunta. “Tal vez...” Me levanté y llevé los platos al lavabo dejando una gran duda en él. Subimos escaleras arriba y nos metimos en la cama. Puse música tranquila en el mini componente y miré el techo. Tetsu me miraba podía sentirlo. Giré a verlo. “¿Alguna vez has tenido pensamientos que crees que no deberían estar ahí? ¿Cosas que sabes que no son correctas… pero no te importa?” Me miró quieto. Tal vez fui un poco directo. “¿Q-Qué quieres decir…?” Enrojeció. ¡Diablos! ¿Por qué me hacía esto? “Me refiero a que son cosas que… bueno probablemente muchos chicos de nuestra edad piensan pero sabemos que no es correcto, o al menos eso nos hacen pensar” Estaba hablando sin pensar eso no era bueno… “Hace tiempo que he tenido estas dudas ¿sabes?” No podía mirarlo, volví la vista al techo y suspiré. “Mejor olvídalo Te-chan… buenas noches” Le sonreí para tranquilizarlo, o intentarlo al menos y me giré dándole la espalda. Me quedé dormido hecho un ovillo. No se cuánto tiempo más pasó Tetsu despierto…

Cuando volví a abrir los ojos, el sol ya entraba por la ventana y Tetsu dormía a mi lado, yo permanecía en la misma posición, dándole la espalda. Después del desayuno acompañé a Tetsu a su casa. Ahora sabía en donde vivía. “Puedes venir cuando quieras Hyde-chan… ¿estás seguro de que tu madre no tardará en volver?” “Muy seguro, muchas gracias por quedarte conmigo…” Lo abracé. “Te escribiré pronto” Sonreí y me alejé antes de seguir a mis estúpidos impulsos y lanzarme encima de él. Llegué a mi casa y volví a meter en la cama. Pensé en la sonrisa de Tetsu, había logrado mi cometido. Mantuve esa sonrisa en su rostro durante el día… Pero tenía que dejar de pensar, necesitaba despejarme...

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