domingo, 14 de diciembre de 2008

35

Visión de Hyde.

Los rayos del sol que entraban por la ventana me despertaron justo a tiempo. Horas antes el despertador del celular había sonado insistente pero le hice caso omiso y seguí durmiendo hasta que supuse era demasiado tarde. El silencio en toda la casa había ayudado a que perdiera toda mi mañana dormido. Vi el reloj y ya pasaba de medio día, todavía tardé un poco en desperezarme y levantarme de la cama, entré al baño y comencé a arreglarme para ver a Tetsu. Una hora después bajé al comedor y en el centro de la mesa había una nota de mi madre junto a una caja de comida congelada. Puse ambas en el bote de la basura y comencé a limpiar un poco. Rápidamente salí a la tienda y compré cosas para cocinar algo rico para Tetsu.

Llegó más o menos media hora después, todo hubiera quedado mejor si no me hubiese quedado dormido. Aún así me dio tiempo de cocinar y hacer que la casa no se viera tan desordenada. Cuando escuché el timbre extrañamente me puse algo nervioso, abrí la puerta y al verlo solo pude sonreír. Se veía demasiado lindo, simplemente con verlo me sentí tan feliz. Él tiene algo que me encanta y me vuelve loco, al ser tan diferentes es como si me complementara. Aunque suene absurdo, incluso el que tengamos diferentes gustos en los colores que usamos, eso me hace sentir completo… Supongo que es normal… Lo llevé al sillón y sin pensármelo dos segundos lo besé. Lo besé como si no fuese a verlo de nuevo, lo necesitaba tanto…

Estuvimos largo rato besándonos, sintiendo nuestros cuerpos estremecerse por cada caricia. Mis manos se deslizaban por su espalda… no quería soltarlo… “Te extrañé” Susurramos al mismo tiempo y nos reímos, separándonos. Ambos sonrojados. Entonces sentí en mi pantalón la pequeña cajita que había estado guardando para mi Te-chan. Le pedí que cerrara los ojos sentándome frente a frente con él. Dijo que le gustaba mirarme, su expresión y la forma en que lo había dicho me hicieron sonrojarme y al final accedió. Lo miré durante unos segundos embelezado, me parecía demasiado bello para ser real. Rocé apenas su mejilla con mi mano y lo besé tranquilamente sin poder contenerme, mientras lo besaba abrí la cajita y saqué el collar. Rodeé con mis manos su cuello acomodando el pequeño obsequio plateado. Dejé de besarlo acercándome por sobre su hombro para abrocharlo y cuando lo hube puesto me separé de el. “La última vez no tuve tiempo de entregártela…espero que te guste” Le dije sonriendo ampliamente. Su sonrisa se ensanchó también y se iluminó su rostro. Le había gustado y eso me había hecho muy feliz. Nos besamos una vez más y dijo que también tenía algo para mí. Me sorprendí un poco, no esperaba nada pero me puse ansioso. Me tomó la mano y deslizó un hermoso anillo con una piedra negra. Abrí la boca para decir algo pero no pude decir nada. Estaba sorprendido, era perfecto. Lo toque una y otra vez. Miraba mi mano y luego a Tetsu. No podía controlar como me sentía en ese momento. Me lancé sobre el tirándolo sobre el sillón y lo besé nuevamente repetidas veces hasta que sentí que me faltaba el aire y me separé de él completamente sonrojado, suspiré y Tetsu rió.

Lo invité a comer, se sorprendió un poco cuando le dije que había cocinado para él. Creo que al principio no lo creyó. Pero después dijo que cocinaba muy bien. Claro eso ya lo sabía jajaja. Después de comer subimos a mi habitación a estudiar álgebra. Yo quería hacer tantas cosas, pero estudiar álgebra no era una de las principales, aún así obedecí a Tetsu.

De todas formas me distraía con cualquier pensamiento que se me cruzara en la mente. Era como que tenía millones de cosas en la cabeza, menos binomios al cubo. Había dibujado inconscientemente garabatos en el cuaderno, de todo, menos números. Si hacía un esfuerzo podría concentrarme, pero entonces miraba a Tetsu y me daban ganas de besarlo. Hasta cierto punto era cómico, porque lo atacaba cada tanto mientras él me hablaba de X y Y… De repente me vino a la mente que el día siguiente tendría que ver a Mizuki y me queje dejándome caer sobre el cuaderno lleno de garabatos. No tenía ganas de verla después de estar con Tetsu, un día tan perfecto iba a ser arruinado por una tarde aburrida con esa chica. Pero bueno, no tenía que juzgar antes de tiempo… Estaba pensando en eso, sin mirar siquiera el ejercicio que me había puesto Te-chan cuando él habló. “¿Sabes? Ayana me dijo que podría hacerse pasar por tu novia para que tu mamá te dejara tranquilo” Me levanté rápidamente, eso no se me había ocurrido. Que otra chica se hiciera pasar por mi novia. Me explicó el plan que él y Ayana habían hecho. Asentí y estuve de acuerdo con todo aunque no me gustara del todo “Sería mucho mejor si mi madre aceptara lo que siento…” Mi tono no era triste, era más bien de reproche e irónico a la vez. Me enojaba a veces que mi madre fuera así. Tetsu me abrazó y eso me reconfortó.

Más tarde le pedí a Te-chan que se quedara conmigo. Mi madre no iba a llegar de nuevo esa noche y no quería quedarme solo. Era deprimente estar solo en la casa. No encontraba nada que hacer, y no me quedaba otra opción que hacer mis deberes. Eso hizo reír a Tetsu. Llamó a su casa y lo dejaron quedarse conmigo. Le salté encima y lo besé repetidamente hasta tirarlo en la cama. Su celular volvió a sonar y eso no me gustó al principio. Cuando supe que era Ken me tranquilicé y me quedé a su lado abrazándolo como un niño pequeño. Escuché que Tetsu rió y colgó. Lo abracé y le quité el celular colocándolo en la mesita a un lado de la cama. Me quedé a su lado un buen rato recostado sobre su pecho, escuchando los latidos de tu corazón. “Serás un gran músico Te-chan, incluso tu corazón tiene un buen ritmo jaja” Me incorporé y lo besé una vez más.

Nos preparamos para ir a la cama, ya en esta, nos cubrimos bien con las sábanas. El frío del invierno cercano se pronunciaba más por las noches. Lo atraje, abrazándolo a mi lado. Pegándolo a mi cuerpo. Esta noche no sería fría como las anteriores, ahora tenía ese alguien que semanas atrás había vuelto a desear en mi cama, a mi lado… “Buenas noches” Me pidió que lo besara, le dije que no era necesario que lo pidiera y lo besé por última vez en ese día. Pronto nos quedamos profundamente dormidos. Esa noche me pareció eterna… Y así quería que siguiera… Tetsu me brindaba una felicidad inexplicable… Pero la verdad era que no buscaba explicarla. Solo quería vivirla. Me estaba enamorando como un idiota, de eso no había duda alguna…

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